Aunque el tiempo
tirano me retraso un par de días no podía dejar de hacer este simple pero
sentido homenaje a un grande.
El pasado 5 de
junio Marte se vistió de luto para despedir a Ray Bradbury.
Tenía 91 años y
su nombre es desde hace décadas sinónimo de la ciencia ficción y la fantasía.
La explicación es simple: de su mano salieron algunos de los títulos más
representativos, desde los relatos de sus Crónicas Marcianas (1950) y El hombre
ilustrado (1951) a su novela más famosa, Farenheit 451
(1953).
Para los que leímos
y leemos y releemos sus libros siempre será, junto con Asimov una inspiración para
esta travesura permanente de hacer ciencias y de contagiar el amor por la
curiosidad, el descubrimiento y la aventura.
Sé que muchos
piensan que la ciencia ficción es para chicos o peor, para idiotas fantasiosos,
pero los amantes y defensores del genero estamos tranquilos sabiendo que muchos
deben haber dicho lo mismo cuando Verne suponía la existencia de algo tan loco
e imposible como los submarinos nucleares en una época en que el átomo era
apenas considerado una bolita de la cual no convenía hablar mucho.
Seguiremos
leyendo y disfrutando a los grandes maestros que nunca mueren… solo salen a
explorar.